Las cascadas forman parte del ideal de paisaje de ensueño guardado en el imaginario colectivo, y muchas veces han sido representadas en pinturas, películas o cuentos. Con su sola presencia parecen embellecer el paisaje en el que se encuentran, constituyendo un elemento de atracción para muchas personas. Este cómodo recorrido nos acerca a una de las más bellas de la Montaña Palentina, la cascada de Mazobre.

El itinerario asciende paralelo al arroyo de Mazobre, junto a una de las catedrales naturales del Parque Natural, el pico Espigüete, una mole caliza de 2.450 m de altitud. Al final se llega a un mirador desde el que se disfruta de una hermosa vista de la cascada. Esta permanece con agua durante todo el año, aunque es en época de deshielo cuando incrementa su caudal y se muestra aún más espectacular.