Villaescusa de las Torres. Aquí las historias sobre el laberinto se susurran en voz baja. Las piedras escuchan. Los humanos, desde bien antiguo, se asentaron a sus puertas conocedores del misterio que habita allí arriba. Son sus guardianes. Iniciarse en el laberinto es una prueba de madurez en estas tierras. Los que suben por primera vez bajan transformados. Cuando regresan se intuye en ellos una mirada más profunda, más serena. Si les preguntan qué han visto allí, qué seres lo habitan, sonríenenigmáticos y siempre contestan lo mismo: “la magia del agua”. El laberinto nos espera.