En torno a esta montaña, se cuenta la leyenda del Gigante del Valle Estrecho. Un ser de prodigiosas dimensiones que vivía en el lugar junto a su hija. Esta, después de vivir su infancia y juventud junto a su padre, le pidió que le dejara viajar para conocer otras tierras. Ante la negativa del gigante, la joven huyó una noche en dirección a las llanuras del sur, dejando abandonado para siempre a su padre. Abatido por una profunda tristeza el gigante subió a lo alto de la cordillera y quedó sumido en un profundo sueño, siendo más tarde cubierto por las nieblas y nieves del invierno. Cuando al fin volvió a brillar el sol, el gigante había quedado convertido en una enorme roca que hoy forma la Peña Redonda. Visto desde Santibañez de Resoba, la peña sería su prominente barriga, a la derecha estaría su cabeza y a la izquierda sus pies