Frente a nosotros, el arroyo de Mazobre se precipita entre las rocas creando una cascada de gran belleza, considerada como el mayor salto natural de agua de la provincia de Palencia.

Esta cascada se puede contemplar en cualquier época del año, aunque en época de deshielo o de lluvias intensas incrementa notablemente su caudal y se muestra aún más espectacular. En lo más crudo del invierno, incluso es posible verla casi totalmente congelada, pero para ello hay que extremar las precauciones durante el camino por la presencia de hielo.

Desde aquí podemos retornar sobre nuestros pasos o alargar el recorrido otros 500 metros por una senda que asciende junto al arroyo, para descubrir otra cascada de menor altura, pero igualmente bella, la cascada de Martín Vaquero.