A nuestra izquierda, un pequeño sendero de ida y vuelta nos permite acercarnos al mirador de Matacorva. La vista merece la pena. Desde este lugar podemos contemplar de nuevo la formación de la Peña del Sol, pero más cerca y desde otro ángulo. Los llamativos crestones calizos de enfrente nos permiten imaginar las colosales fuerzas de la Tierra que fueron capaces de originarlos, a partir de la compactación, plegamiento y verticalización de los sedimentos depositados bajo un mar del Carbonífero.